Querida familia del Claustro.
Después de varias semanas de aparente quietud y silencio en este bello rincón, volvieron nuestros niños y nuestras niñas, con sus sonrisas puestas y los sueños a flor de piel. ¡Cómo no querer abrazarlos para darles la bienvenida…! Les preguntamos los motivos de su regreso y sus respuestas, todas llenas de afecto, de esperanza y de alegría nos trazaron una vez más la ruta. Todos nosotros, los adultos que los guiamos y cuidamos, traemos también nuestro equipaje repleto de ilusión para un año que, desde ya, sabemos estará lleno de experiencias vitales y muy significativas, en las que son sus hijos nuestros maestros.
Ustedes ya saben que aquí sucede la vida con toda su pasión y sus colores; aquí, en el Claustro, todos cantamos, reímos, escribimos, calculamos, pintamos, pensamos, escuchamos y preguntamos cada día, con la frescura infantil y juvenil que nos dejamos contagiar. Agradecemos cerca del agua el nuevo día y nos despedimos con el deseo de regresar. Gozamos de un paisaje diario en el que la diversidad natural nos maravilla. Entonces nos gusta ser diferentes. Nos gusta reconocer en sus niños sus talentos, sus necesidades, su manera única de ser, de sentir y de aprender. Celebramos y respetamos la diversidad, porque sabemos que nos enriquece. Así es nuestro colegio. Así es el Claustro.
Como es costumbre, nos ponemos a sus órdenes. Las puertas están abiertas. Recuerden aquello que siempre hablamos desde el primer día: somos familia y como familia nos debemos lealtad, confianza y solidaridad. Mientras más cercana sea nuestra comunicación, tanto mejor. No son los chats los espacios prudentes para socializar sus inquietudes. Esas inquietudes son siempre muy importantes y bien ameritan abrir ustedes y nosotros, espacios y tiempos para conversar, como se hace en familia.
En estos tiempos de tanta desconexión humana, nuestros niños y niñas son el mejor pretexto para apagar los medios y atenderlos como lo merecen. Son el mejor pretexto para que compartamos un buen café y hablemos sobre esas inquietudes en este, nuestro bello lugar, lugar sagrado porque trabajamos todos con el alma y el corazón. Nos corresponde entonces, honrarlo dando siempre el mejor ejemplo de amable y respetuosa convivencia.
Reciban un abrazo muy afectuoso, deseando para todos, salud, amor y paz.
Su amiga,
Ángela Medellín Becerra.
Madre, maestra y rectora del Claustro
After several weeks of apparent stillness and silence in this beautiful corner, our boys and girls returned, with their smiles on and dreams at the surface. How could we not want to embrace them to welcome them…! We asked them the reasons for their return, and their responses, all filled with affection, hope, and joy, once again mapped out the path for us. All of us, the adults who guide and care for them, also bring our luggage full of excitement for a year that, from now on, we know will be full of vital and meaningful experiences, in which your children are our teachers.
You already know that life happens here with all its passion and colors; here, in Claustro, we all sing, laugh, write, calculate, paint, think, listen, and ask every day, with the childlike and youthful freshness that we let ourselves be infected by. We give thanks by the water for the new day and say goodbye with the desire to return. We enjoy a daily landscape that marvels us with its natural diversity. So, we like to be different. We like to recognize in your children their talents, their needs, their unique way of being, feeling, and learning. We celebrate and respect diversity because we know it enriches us. That’s how our school is. That’s how Claustro is.
As is customary, we are at your service. The doors are open. Remember what we always talk about from the first day: we are a family, and as a family, we owe each other loyalty, trust, and solidarity. The closer our communication is, the better. Chats are not the appropriate spaces to discuss your concerns. Those concerns are always very important and deserve both you and us to create spaces and times to converse, as it’s done in a family.
In these times of so much human disconnection, our boys and girls are the best reason to turn off the media and attend to them as they deserve. They are the best reason for us to share a good coffee and talk about those concerns in this, our beautiful place, a sacred place because we all work with soul and heart. It is then up to us to honor it by always setting the best example of kind and respectful coexistence.
Receive a very affectionate hug, wishing health, love, and peace for all.
Your friend, Ángela Medellín.
