EL PRESENTE SISTEMA DE EVALUACIÓN HACE PARTE INTEGRAL DEL MANUAL DE CONVIVENCIA
La evaluación es un proceso de singular importancia para la concepción, desarrollo y aplicación del P.E.I. Es el mecanismo a través del cual se operacionalizan los elementos del modelo curricular. Por eso, no se ubica después de ellos, sino debajo, sosteniéndolos y otorgándole relación, coherencia, consecuencia y sentido. La evaluación, además, no debe ser un simple ejercicio terminal y extemo, ni una acumulación de previas o de exámenes casi siempre escritos de final de período, que midan específicamente el nivel de aprendizaje de un programa académico dado o de unos contenidos predeterminados, a partir de los cuales se decide la aprobación de una asignatura y la promoción de un grado a otro.
La evaluación debe ser continua, integral y cualitativa. Continua, porque es el instrumento por excelencia de la pedagogía para el acompañamiento de los niños; integral, porque debe dar cuenta de todos los Procesos de Desarrollo del niño; cualitativa, porque diferencia e individualiza todos los casos sobre los cuales se apoya su acción, y no exclusivamente porque presente sus resultados con letras o palabras -tendencia errónea de factura recurrente y común. Pero eso no basta: para que la evaluación cumpla verdaderamente todos estos requisitos, es necesario que sea muy clara y a la vez muy flexible. Clara, porque la ambigüedad y los excesos de subjetividad le restan equilibrio. Flexible, porque todos los alumnos/as son únicos. Por tales razones, se ha diseñado en forma de Sistema, es decir, como un conjunto ordenado de reglas conexas y enlazadas entre sí, de obligatorio cumplimiento para alumnos/as y profesores/as.
Este Sistema surge como respuesta a los problemas derivados de una equivocada interpretación de la evaluación cualificada, según la cual lo que se cualifica es sólo el resultado. Pasar de números a letras, simplemente, no cualifica nada. Lo que verdaderamente hay que cualificar es el proceso de la evaluación y esto solo se logra identificando y clasificando todos sus componentes, por un lado, y adaptándolos a las diferencias individuales, por otro.
Las condiciones particulares del Sistema en cada Etapa, serán las que aparezcan publicadas en la Libreta de Informes tal como se muestran a continuación. (Haga clic sobre cada imagen para visualizar el sistema de evaluación de cada Etapa)
Existen también algunos aspectos que complementan este sistema y que se relacionan con la necesidad de personalizar su aplicación, no sólo en función de las características propias de las etapas, sino también de las diferencias individuales que se evidencian en cada grupo. Algunos de esos aspectos merecen una explicación adicional:
a. Instrumentos de evaluación. Como la palabra misma lo indica, son los instrumentos o herramientas por medio de los cuales se operacionaliza la modalidad de evaluación en cada Etapa. Con ellos, se establece una especie de ‘menú’ que debe ser consultado por los profesores/as y los alumnos/as para determinar cuáles se usarán en cada periodo. Forman parte de los instrumentos de evaluación, los Grandes Eventos del Colegio en cada período: Jornada Electoral, Olimpiadas, Mi Tema, Mi Libro, Festival de la Cultura, etc., con el propósito de que el interés, la motivación y la participación de los alumnos/as en ellos tenga incidencia en la evaluación del Proceso de Desarrollo que se activa. La denominación de los Instrumentos de Evaluación puede variar de Etapa a Etapa, junto con su complejidad, pero en todo caso se refieren a todas aquellas actividades que el alumno/a desarrolla en su jornada escolar y en su casa, con el propósito de adquirir las competencias propias de cada grado. A manera de ejemplo, los instrumentos más usados en cada etapa son:
Etapa 0: cuadernos, consultas y tareas, trabajo en clase, pruebas escritas, grandes eventos.
Etapa 1: exposiciones, cuadernos, consultas y tareas, trabajo en clase, pruebas escritas, grandes eventos.
Etapa 2: exposiciones, cuadernos, consultas y tareas, informes y talleres, trabajo en clase, lecturas, pruebas escritas, grandes eventos.
Etapa 3: exposiciones, memorias, consultas y tareas, informes y talleres, trabajo en clase, lecturas, pruebas escritas, ensayos, coevaluación, grandes eventos.
Etapa 4: proyecto de investigación, memorias, exposiciones, consultas y tareas, sustentaciones, informes y talleres, trabajo en clase, lecturas, pruebas escritas, ensayos, conversatorios, coevaluación, grandes Eventos.
b. Paquete de responsabilidades. Al iniciar cada periodo, las coordinaciones de las Etapas 3 y 4 elaboran un paquete de responsabilidades para cada grupo, en el que se incluyen los instrumentos de evaluación que se van a aplicar en el periodo junto con las fechas en que se van a evaluar de manera puntual. Este Paquete se elabora con el concurso de todos los profesores/as de la Etapa, y tiene como propósito fundamental organizar el tiempo de trabajo de los alumnos/as y profesores/as y concentrar su esfuerzo y su trabajo en un número posible y realizable de responsabilidades. Dicho de otra manera, antes de la aplicación de este paquete, cada profesor/a asignaba las tareas y responsablidades de manera aislada, seis en promedio por periodo, de tal manera que al tener cada alumno/a siete u ocho profesores/as, podría llegar a acumular 48 o 50 responsabilidades, con una muy pequeña probabilidad de hacerlas bien o, incluso, de cumplirlas todas.
El Paquete ofrece también la posibilidad de que un ensayo o una exposición, por ejemplo, sirva como instrumento de evaluación de varias áreas y que, en consecuencia, actúe en el desarrollo de más de un Proceso. Propone, también, la participación del grupo en su configuración, por cuanto cada profesor/a en el momento de su presentación, debe poner a su consideración las condiciones generales del Paquete y buscar el consenso con los alumnos/as. Ofrece, además, la muy valiosa opción de armar paquetes individuales de responsabilidades. Puede suceder, por ejemplo, que aun después de logrado el consenso entre el Coordinador/a de Etapa, el profesor/a y el grupo, haya algunos alumnos/as que por sus fortalezas o limitaciones particulares, necesiten una configuración especial que se aparte de la aprobada por su grupo y que incluya modificaciones y ajustes individuales. Puede darse también un caso de manifiesta solvencia y calidad en la expresión escrita, a partir de la cual los instrumentos de evaluación escritos tengan un valor por encima del asignado para el grupo.
El listado completo de responsabilidades, junto con sus fechas pertinentes y las áreas, profesores y procesos de desarrollo que incorpora, es enviado a las casas para la correspondiente revisión y firma de los padres y madres de familia. Este programa se aplica sólo en las Etapas 3 y 4, en las cuales los profesores/as son tutores/as de grupo y catedráticos simultáneamente y se impone la necesidad de coordinar los esfuerzos comunes. En las etapas 0, 1 y 2 la amplia presencia del tutor/a de grupo y el acompañamiento que ejerce en la mayoría de procesos de desarrollo hace que el paquete no sea tan importante.
c. Coevaluación. Todos los cursos de las Etapas 3 y 4 tienen como instrumento obligatorio la Coevaluación, que consulta aspectos tales como la participación, la puntualidad, el cumplimiento, el esfuerzo y la responsabilidad, y que es propuesta por el alumno/a mismo, en diálogo abierto con su profesor/a.
d. Evaluación del comportamiento. La evaluación del comportamiento en el Claustro Moderno es un proceso continuo y fundamental. Se sustenta en nuestra tradicional preferencia de la formación sobre la información. Privilegia el don de gentes, la distinción y las ejemplares cualidades humanas, así como los valores democráticos, los derechos humanos, la sensibilidad, la solidaridad y la tolerancia. Se apoya en las normas del Manual de Convivencia y, en consecuencia, valora de manera especial la honestidad, el respeto (a sí mismo, a los demás, a la naturaleza) y la responsabilidad. Promueve también una presentación personal pulcra y sencilla, y unos modales decorosos y pertinentes. El comportamiento de cada alumno/a es evaluado de acuerdo con la siguiente escala: Ejemplar, Muy Bueno, Bueno, Aceptable, Inaceptable.
En la Etapa 1 el comportamiento es evaluado por el Tutor/ de Grupo junto con el Coordinador/a de Etapa, mientras que en las Etapas 2, 3 y 4 (de acuerdo con una importante tradición claustrista de 55 años) cada alumno/a evalúa su comportamiento delante de todos sus compañeros de grupo, del Tutor/a de grupo, del Coordinador/a de Etapa y del Coordinador/a General o el Rector/a, los cuales expresan y justifican su acuerdo o su desacuerdo. La evaluación del comportamiento, así, es el resultado de un consenso, lo cual resulta particularmente importante, dado que la permanencia en el Claustro exige mantener un comportamiento al menos Bueno.